El 2025 marcará la realización de una nueva edición del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA), que se llevará a cabo entre abril y mayo de este año. Esta prueba, coordinada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), tiene como objetivo evaluar las habilidades de los estudiantes de 15 años en áreas clave como lectura, matemáticas, ciencias y el aprendizaje en el mundo digital. En México, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha contratado al Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval) para aplicar la prueba, con un contrato de 77.6 millones de pesos.
El propósito principal de esta evaluación es proporcionar datos sobre el desempeño de los estudiantes mexicanos, con la intención de ajustar las políticas educativas según las áreas de mayor necesidad. Con una participación estimada de 321 escuelas y más de 8,000 estudiantes en todo el país, la prueba incluirá preguntas sobre los cuatro dominios mencionados, con el fin de determinar cómo los jóvenes mexicanos están preparados para enfrentarse a los retos del mundo actual.
Aunque el proceso de evaluación ha generado críticas, principalmente por parte de la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien en 2023 desestimó los resultados previos de México en la prueba PISA, argumentando que los parámetros eran parte de un legado neoliberal que afectaba a la educación pública, la actual administración ha reafirmado su compromiso con la participación en el examen. A pesar de que se registraron dudas sobre la continuidad del proceso en 2024, el presidente López Obrador y Mario Delgado, actual secretario de Educación, aseguraron que México participará en la prueba, aunque con una visión distinta sobre su validez.
El contrato entre la SEP y Ceneval fue firmado a finales de enero de 2025, en un contexto en el que la Dirección General de Análisis y Diagnóstico del Aprovechamiento Educativo (DGADAE) de la SEP enfrentó una disminución del 30% en su plantilla desde 2019, lo que llevó a la necesidad de externalizar parte del proceso a Ceneval. Este convenio también responde a los compromisos internacionales de México con la OCDE, buscando que el país mantenga su participación en una de las evaluaciones educativas más influyentes a nivel mundial.
Pese a la controversia en torno a la interpretación de los resultados de PISA, expertos y organismos como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) insisten en que la evaluación debe ser tomada con seriedad. Consideran que ocultar o restar importancia a estos datos podría resultar en un retroceso en la política educativa de México, especialmente cuando el sistema educativo del país enfrenta retos tan significativos en cuanto a calidad y equidad.
Este año, el gobierno mexicano ha dejado claro que, aunque se pueda cuestionar la forma en que se mide el desempeño educativo, la participación de México en PISA 2025 es un paso importante para conocer la realidad de su sistema educativo y, a partir de ahí, fortalecer las políticas que garanticen un mejor futuro para los estudiantes mexicanos.
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