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Viernes, 17 de Enero de 2025

Carta al Papa Francisco

17 Enero, 2025
Fernando Alberto Crisanto

No es la primera vez que católicos poblanos tocan las puertas de El Vaticano para presentarle al Jefe de la Iglesia Católica sus opiniones y pedirle que ejerza su autoridad.

La última ocurrió el pasado martes 14 de enero, cuando el empresario Carlos Eduardo García Casas fue recibido por su Santidad Francisco a quien le entregó una carta, que concretamente habla de “La Organización Nacional del Yunque”, de la que su padre, el ingeniero Eduardo García Suárez, fue un distinguido integrante.

Explica que “tuvo su génesis en la Ciudad de Puebla y de ahí tuvo su expansión al resto del territorio nacional, principalmente en estados del Bajío y Occidente Mexicano (Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, Michoacán y San Luis Potosí), como un movimiento vinculado al catolicismo -se afirma lo anterior, en razón de rituales, rezos, slogans y prácticas similares-” a las de la religión católica.

Nació en el contexto de la Guerra Fría en la década de los cincuenta del siglo pasado y el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, “su finalidad era el combate de la ´conspiración judeo-masónica-comunista´, pero en realidad, el fin material era político, logrando arraigarse en movimientos de ultraderecha y hasta en un instituto político, que décadas más tarde gobernaría a la nación mexicana, en donde varios de sus miembros se encumbraron, ocupando cargos de máxima importancia en el gobierno nacional”.

La carta al Papa, de la cual el reportero tiene copia, señala que los primeros indicios reales y documentados de la existencia de la organización son de 1975, debido a que El Yunque tenía protocolos muy fuertes en cuanto a la secrecía, los cuales fueron impuestos a sus miembros.

“Los antecedentes más próximos a dicha organización… el primero, denominado Frente Universitario Anticomunista, por sus siglas (FUA), que tuvo origen en la Ciudad de Puebla aproximadamente en el año 1955.

“El objetivo… era combatir la ideología comunista que empezaba a permear en ese entonces, en la Universidad Autónoma de Puebla...”.

Después de una confrontación incluso física de los fuas y los estudiantes liberales y simpatizantes de la izquierda, se escindieron y fundaron hace cinco décadas la Universidad Popular, que ha sido “semillero” de la organización.

“La relación con jerarcas de la religión católica se da con el apoyo del obispo Octaviano Márquez y Toriz...

“Posteriormente dicho apoyo, buscaría tener cierta validez y oficialidad dentro de la religión católica, por lo que fundaron a los “Cruzados de Cristo Rey”, cuya misión es “enseñar a obedecer”, porque la Organización Nacional del Yunque profesa que, “El que obedece no se equivoca”.

Al decir que el fin de la Organización era el combate a la “conspiración judeo-masónica-comunista”, se entiende que el combate era en parte contra una raza, por el sólo hecho de pertenecer a la misma; “el combate que se tiene por razón de raza contra los judíos más genocida, sanguinario, lamentable y que marcaría la historia mundial por las atrocidades cometidas, es el holocausto perpetuado por el nacional socialismo de la Alemania Nazi”.

Es por ello que García Casas pide al Papa Francisco que “la Iglesia como institución, por parte de sus jerarcas, debe pronunciarse en contra, e incluso deslindarse de este tipo de movimientos que promueven el daño al prójimo”.

En el contexto nacional actual la carta no tendrá gran impacto, pero este tipo de organizaciones ha trascendido de lo religioso y social a la política militante y hay mexicanas y mexicanos que coinciden con sus posiciones, y se oponen radicalmente a las del actual gobierno de Morena.

La ultraderecha se mueve y sus opositores también, por eso la carta al Papa Francisco.

De las anécdotas

que se cuentan

El arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca confiaba a sus íntimos que no llegó antes a la Mitra porque un grupo de católicos se lo pidió al Papa Paulo VI.

A la muerte de don Octaviano Márquez y Toriz, quien bendijo la creación de El Yunque, en el otoño de 1975 sus integrantes llegaron a El Vaticano para entrevistarse con el Papa a quien le pidieron que Huesca no fuera el sustituto.

Lo acusaron de “comunista” porque en esos años era profesor de psicología de la UAP.

El 8 de marzo de 1976, su Santidad designó a monseñor Ernesto Corripio como arzobispo de Puebla, poco les duró el gustó a quienes pidieron su llegada, porque confiado en sus habilidades de liderazgo, Paulo VI lo promovió, el 19 de julio de 1977, como Arzobispo Primado de México.

El Yunque lamentó la decisión y por décadas convivió con monseñor Huesca, quien siempre los consideró sus adversarios.

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Columna publicada en El Sol de Puebla

 

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