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Sábado, 4 de Mayo de 2024

Continúan irregularidades en Rastro Municipal de Huauchinango

Tablajeros acusan descontrol en sacrificio y pérdidas de animales, además de sacrificios no solicitados por los propietarios.
Lunes, 26 de Agosto de 2013 19:51

Huauchinango, Pue.- Pese a las inspecciones de la Secretarías de Salud y Sagarpa continúan las irregularidades en el Rastro Municipal de Huauchinango, denunció un tablajero al que le extraviaron uno de los tres cerdos que solicitó fuera sacrificado en esas instalaciones.

Reanudan matanza de reses en Rastro Municipal de HuauchinangoLa pérdida fue calificada por el carnicero Jorge Romero y otros de sus compañeros como “el colmo” de las anomalías que hay en ese centro de degüello, debido a que el administrador Pedro Ramos Espinosa “nunca o casi nunca se presenta a trabajar” y lo responsabilizaron de lo sucedido.

El pasado sábado, Jorge Romero, pidió la matanza de un cerdo de los tres que tenía en los chiqueros municipales hasta ese día 24 de agosto, pero se encontró con que solamente había dos.

El animal tendría un peso de aproximadamente 110 kilogramos “por lo que sería imposible que alguien se lo llevara bajo el brazo y nadie se diera cuenta”, cuestionó molesto.

En un diálogo con el “encargado” del Rastro Municipal, Víctor González de la Barrera, el funcionario le dijo que se estaba investigando qué sucedió con el cerdo de su propiedad, “porque posiblemente ya lo mataron”, le dijo.

“¿Quién mató al puerco sin permiso?”, es el cuestionamiento que se ha hecho el propietario, si él no había ordenado o solicitado la matanza.

El caso no es aislado, pues en el centro de sacrificio es común el “descontrol”: matan animales de los que no solicitan su muerte, se pierden animales completos y después los funcionarios piden que los tablajeros esperen su reposición y ésta nunca llega o llega incompleta.

Los tablajeros que se sumaron a la queja de Jorge Romero explicaron que “una vez mataron un puerco y lo vendieron los del rastro. Al dueño que no dio su consentimiento le dijeron que se lo repondrían y así fue, sólo que el cerdo que mataron pesaba unos 90 kilogramos y el que le entregaron pesaba 10 kilos menos y los restantes nunca fueron repuestos ni pagados”.

“En otra ocasión, un carnicero que tiene su local en la primera sección pidió que le mataran un cerdo y le mataron cuatro. Ya no le quedó otra que recibir los tres más y meterlos al refrigerador. ‘Ya no me quedaba otra, ni modo que los resucitara’”, le dijo el tablajero resignado a los compañeros.

Jorge Romero esperará hasta este martes o miércoles para que González de la Barrera le resuelva la incógnita de ¿dónde quedó el cerdo? existe la especulación que “la desaparición” fue entre el jueves por la tarde o el viernes, pero es un hecho que el sábado ya no amaneció en el chiquero.

Hasta el momento no se ha hablado de alguna denuncia por la responsabilidad de los hechos.

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