Sin duda, la administración de Andrés Manuel ha sido y seguirá siendo la que mayor reconocimiento haga a una de las instituciones más valiosas con las que cuenta el Estado mexicano. Contrario a lo que en un principio se suponía, el Presidente se ha esmerado en reconocer públicamente la importancia que para su gobierno han tenido las FA. No sólo porque a lo largo de la historia moderna han acompañado con lealtad a los mandatarios, al margen del color de su partido, sino por lo que para López Obrador implica especialmente el apoyo incondicional del EM en los proyectos más importantes de su administración.
Nieto del Señor de los Cielos habría muerto en avión caído en SinaloaManejan mal fondo de Conade y los inhabilitan 6 mesesFebrero, mes de la milicia, en él se encuentran las fechas que son para el ejército símbolos de su lealtad, disciplina y amor por la patria. El 9 de febrero, aniversario de la Marcha de la Lealtad, celebrada en el Castillo de Chapultepec, logrando como siempre el Gral. Cresencio Sandoval, la imagen imponente de la figura presidencial, acompañada por los titulares de sus Fuerzas Armadas y escoltado por cadetes del Heroico Colegio Militar como sucedió 108 años atrás, aprovechó para refrendar la lealtad al jefe supremo como el valor más importante en la mística militar.
El 19 de febrero, Día del Ejército, representa renovar votos de disciplina y reafirmar compromisos adquiridos como soldados. Fortalecer el sentimiento de orgullo al portar el uniforme y sus insignias. El 24 de febrero, Día de la Bandera, símbolo patrio que cimbra a los mexicanos, pero que para un soldado, izarla y arriarla cada día, representa el recuerdo de servir y morir por la patria. Especialmente, en febrero, en el marco del Día de la Fuerza Aérea, el EM logra cumplir con una de las primeras etapas en la construcción del AI Felipe Ángeles, ceremonia en la que el Gral. Comte. de la FAM José Vega Rivera, además de hacer entrega de condecoraciones a su personal, permitió inaugurar la primera pista con un sobrevuelo del Boeing más preciado para la política mexicana, ya que en manos del piloto se encontraba el Presidente y la plana mayor de su gabinete. Entre dos columnas de agua como marco al avión que pasó por debajo de ellas, quedó de manifiesto la confianza en los ingenieros militares y en las mismas FA para la continuidad y conclusión del complejo aeroportuario más significativo para el gobierno morenista.
Lo más sorprendente de las pasadas ceremonias, fue poder constatar la fortaleza física y buena condición de salud con la que cuenta el Presidente de México, después de haber sido diagnosticado de covid-19. A tan sólo 15 días de haber sido contagiado, pudimos verlo subir y bajar del vehículo oficial, de la escalinata del avión y de las del recorrido por instalaciones de Santa Lucía. Contrario a lo que expresa la mayoría de pacientes al término de la enfermedad, al Presidente nunca se le vio ni cansado ni agitado. Esperemos que haya comprendido que la inestabilidad del país es directamente proporcional a la de su salud o integridad. Nos hizo replantearnos de nueva cuenta que no debe dejar en manos de la suerte ni su seguridad ni la del país. Hoy más que nunca su gabinete cercano y el aprecio y confianza hacia sus generales, debieran servir para convencerle que puede continuar viajando y cercano a la gente, pero que en épocas de pandemia debe usar aviones oficiales y cumplir con las medidas necesarias que dan tranquilidad y certidumbre, como la de vacunarse primero por el derecho que tenemos los mexicanos de mantener vivo al Presidente.
DE IMAGINARIA
A pesar de la violencia que no da tregua y la balacera en pleno día en la zona más exclusiva de Guadalajara, que dejó un muerto, varios heridos y ningún indicio del secuestrado o de los autores hasta este momento, a la SSPC Rosa Icela se le vio disfrutar del sobrevuelo y de la ceremonia de condecoraciones de la FAM. Los asuntos en esa secretaría parecen no cambiar.
Columna de Miguel Ángel Godínez García
Excélsior
Foto: Archivoe
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