Las grandes ciudades requieren realizar transformaciones urgentes en su diseño y sistemas de movilidad para resolver las problemáticas que enfrentan sus habitantes. El desplazamiento de las personas es un reto mayúsculo desde el punto de vista de infraestructura y transporte. La necesidad de integrar ambos, en sus diversas modalidades, de manera sostenible, eficiente y segura, es ya una prioridad global.
BTS y la generación de cristalCuando el polvo se asiente en Nuevo LeónPensar el futuro desde la innovación y la construcción de alianzas estratégicas es lo que hará la diferencia. Si lo que se busca construir es una visión integral de movilidad, el diálogo entre actores gubernamentales, iniciativa privada, sociedad civil y academia resulta imprescindible.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático ha enfatizado que, de no modificar sustancialmente nuestras prácticas actuales, las emisiones de gases de efecto invernadero seguirán aumentando y el cambio climático se agudizará. Dado que el 20% de las emisiones actuales mundiales de CO2 provienen del sector transporte, no queda otra opción que implementar políticas más agresivas para su descarbonización.
En este sentido, la innovación juega un papel fundamental para cambiar los escenarios negativos que se vislumbran. Desde hace unos años, la movilidad eléctrica está ganando espacio como una opción viable para descarbonizar parte del sector transporte. Sin embargo, presenta desafíos que van desde las fuentes de energía eléctrica que se ocupan, hasta cómo y en dónde se pueden recargar los vehículos eléctricos.
El tiempo apremia y encontrar la manera de lograr avances, a través de la colaboración de diversos sectores, será clave para poder avanzar con la agilidad que se requiere. Existen ejemplos muy esperanzadores. En la región de Lombardía, al norte de Italia, a través de la autopista que conecta a Brescia con Milán, la concesionaria A35 Brebremi de Aleatica, está iniciando un proyecto que combina la innovación con las alianzas estratégicas.
A través de un sistema de carga inductiva para que los vehículos eléctricos se recarguen mientras circulan por la carretera, se busca reducir la dependencia de las estaciones de carga, así como permitir recorrer largas distancias sin tener que parar
Las respuestas a los actuales desafíos no provienen exclusivamente de un sector, y queda claro que un actor trabajando aisladamente no podría lograr por sí solo un proyecto de esta envergadura. Planear nuestras ciudades y su futuro inicia a partir del intercambio de ideas para lograr un mejor entendimiento que resulte en el establecimiento de objetivos en común. Un ejemplo de esto fue el 9º diálogo virtual sobre Sistemas Inteligentes de Transportes convocado por la Asociación Nacional por la Seguridad Vial, donde se concluyó que la apertura de espacios de conversación sobre las tendencias en movilidad e infraestructura entre varios actores de la sociedad es clave para generar políticas públicas integrales y verdaderos cambios de fondo.
En México, la buena noticia es que los principales estados y ciudades como Guadalajara, la CDMX y el Estado de México, así como organizaciones nacionales e internacionales trabajan decididamente en la implementación de acciones bajo una visión de sostenibilidad. El siguiente paso, es unir los esfuerzos para generar una política integral de electromovilidad.
Hoy, se tiene una oportunidad invaluable para crear los espacios de diálogo que faciliten encontrar puntos de colaboración y establecer un plan de acción conjunto. En palabras coloquiales se suele decir: “la unión hace la fuerza” y esta es la pieza angular, que sumada a la innovación, hará la diferencia para lograr una movilidad e infraestructura sostenible, eficiente y segura.
Columna de Rubén López Barrera
Milenio
Foto: Archivoe
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