EL AJEDREZ HUMANO
Y después de la gigafactory de Tesla, qué sigueElon Musk y Tesla: el fanatismo cultural regiomontano y el lado sombrío de la cultura de Nuevo LeónAl largar en Bahréin, Sergio Pérez habrá cumplido su temporada número 13 en la Fórmula 1, sueño de muchos, logro de pocos, si llegar al gran circo es difícil, mantenerse es aún más, solo algunos pueden presumirlo, por eso, vale la pena valorar estos tiempos, al pensarlo, la nostalgia llega, cuando Checo se vaya de la F1, le daremos la justa dimensión que tenía el madrugar cada fin de semana para ver a un mexicano correr contra los mejores.
235 carreras, 4 victorias, 26 podios, 1 pole position, 1201 puntos, 9 vueltas rápidas, 242 vueltas lideradas, 31 DNFs. No pretendo llenar más de números y cifras esta columna, pero sería injusto no darle un contexto real a lo que Pérez ha logrado desde su debut, en aquel 2011 en Australia con la escudería Sauber.
Pero la temporada más importante siempre será la que está por arrancar, los test de la semana pasada colocan a Red Bull por delante del resto, la pregunta es ¿cuánto? y si realmente Ferrari y Mercedes no se guardaron algo, el favoritismo de los austriacos es real pero relativo, dos terceras partes de las piezas de un monoplaza serán cambiadas este año, es decir, actualizaciones, el coche que está rondando en Bahréin no será el mismo en dos o tres semanas, ni que decir a mitad de temporada, el éxito radica en que nazca bien el “chamaco” pero más que las mejoras funcionen, no olvidemos lo que pasó con el W13 de Mercedes, un desastre en el debut y cerró ganando en Brasil.
Los tres años de Checo en Red Bull han sido los más dulces pero también de los que más han retado al tapatío, cada carrera está bajo escrutinio, cada error es magnificado y cada triunfo subestimado, aún hoy, muchos (medios británicos sobre todo) dudan de la capacidad de Sergio como piloto para ocupar un asiento en un equipo líder, siempre le exigen más, nada es suficiente, aún en las victorias de Bakú, Mónaco o Singapur, tener a un dotado de compañero lo hace ver más difícil, Max nació con el don, Red Bull lo malcrío haciéndole creer que todos tienen que trabajar para él, con un coche a su estilo y un coequipero de alfombra, Alex Albon, uno de los varios que no pudieron con el peso de la exigencia lo dijo hace unos días, por más que trabajes, Max será siempre prioridad, con todo, Checo se subirá al RB19, no para demostrar, sino para dejar en claro que estos 13 años en la F1 no han sido por tener de respaldo a un empresario, ni patrocinios, porque otros, que venían cargados con más dinero se han ido, este deporte es tan cruel que sino rindes en la pista, estas fuera.
No sé si Checo pueda pelear por ser campeón este año, lo que sí sé es que, como desde hace 13 años, lo dejará todo en la pista, su estilo de manejo ha cambiado para bien, al igual que su hambre de gloria que ha crecido, Sergio sabe que esta temporada podría ser mejor que la 2022 cuando por mal manejo interno terminó segundo, dejó en claro ya que si no recibe ayuda, él tampoco la dará, no lo tomo como una declaración de guerra, pero si como una advertencia, Sergio Pérez por las buenas ha sacrificado incluso sus carreras por defender a Max, pero como dice el dicho “cariño quiere cariño” y si no recibe lo que da, entonces sí, podríamos ver una batalla que no le conviene ni a Verstappen y ni al equipo, trato justo, apoyo estratégico y trabajo en equipo, solo así, Red Bull podrá seguir mostrando cara ante la dura exigencia que se viene.
Columna de Luis Enrique Alfonzo Muñoz en SDP Noticias
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