Y deste oficio soy jefe
porque soy el mequetrefe
mayor que se ha conocido.
CALDERÓN DE LA BARCA
1.- Estamos en una crisis parecida a la de 1985-1986. Para recordar aquel momento complicadísimno Sintetizo un articulo del año pasado de Javier Treviño publicado en SDPNoticias:
La sumisión deja2.- Los datos anteriores prueban que vivimos ahora una crisis en la relación entre México y EU parecida a la de 1985-1986. Si en México no la enfrentamos unidos —y no lo estamos haciendo—, las cosas podrían empeorar.
3.- Si aquella crisis la detonaron el asesinato de Camerena y la suerte del basquetbolista Bias, ahora el origen hay que buscarlo en dos hechos: (i) la polarización política cada día más grande en Estados Unidos, alimentada por los republicanos, y (ii) un par de serios problemas que el gobierno de Biden no ha sabido ni podido controlar: migración y fentanilo.
4.- Los republicanos están en pleno proceso de definir quién será su candidato presidencial: trumpistas contra otros radicales peores. Atacan a México evidentemente para lograr ganancias electorales.
5.- Biden y los demócratas se han debilitado. Los tambores de guerra presagian un escenario muy competido para la elección presidencial de 2024. Y los republicanos pueden ganar. Entonces, los demócratas también empiezan a atacar a México buscando beneficios electorales para, como mínimo, empatar el marcador.
6.- Tanto la crisis de la migración como la del fentanilo se asocian en Estados Unidos a factores mexicanos.
7.- Justa o injustamente, en Estados Unidos la comentocracia —la más conservadora y la más liberal— ve detrás de ambos problemas la pobreza en México, la corrupción que piensan no cede en nuestro país, la violencia innegable en no pocas regiones mexicanas y el autoritarismo y el populismo con los que —asegura la propaganda estadounidense— se conduce el gobierno de la 4T.
8.- Nos guste o no, la imagen que los estadounidenses más conservadores tienen del gobierno mexicano es que promueve las organizaciones criminales que trafican con drogas y con gente. Lo grave para nosotros es que esa imagen ha comenzado a construirse también en las mentes de los liberales de ese país.
9.- Si tal es el diagnóstico que allá se hace —no lo califico ahora ni de correcto ni de incorrecto—, entonces lógicamente resulta sencillo que México se convierta en un blanco para el ataque político. Un blanco al que es fácil acertar, electoralmente hablando.
10.- Debe quedarnos claro que para los republicanos —y para ciertos demócratas que coinciden con ellos— no representa ningún costo político atacar a México.
11.- Inclusive, en términos electorales a los republicanos les beneficia que AMLO les llame “mequetrefes”, ya que les cohesiona e inclusive les suma simpatizantes entre demócratas conservadores.
12.- Al responder con ataques nacionalistas, el gobierno de México olvida un principio básico de la antropología social: cualquier grupo que se siente agredido desde el exterior, se une. En efecto, estamos uniendo a los gringos en nuestra contra.
13.- ¿Podría México unirse ante tantos ataques recibidos desde Estados Unidos? Sí, pero solo si somos capaces de hacer a un lado las razones de nuestra propia polarización, algo que no parece interesarnos demasiado.
14.- Dada la polarización en México, tristemente sobrará gente en nuestro país —desde luego, entre quienes se oponen a AMLO y a la 4T— dispuesta a dar la razón a quienes desde Estados Unidos nos atacan.
15.- Podrá gritar la 4T que abundan los traidores en México, pero muchísimas mexicanos y muchísimas mexicanas no se unirán al gobierno de AMLO si continúa la estrategia de polarización desde Palacio Nacional, que quizá beneficie a Morena en lo electoral —las encuestas así lo demuestran—, pero que en la actual crisis de la relación entre México y Estados Unidos apoya a quienes en aquel país buscan popularidad por la vía de agredir a nuestro país.
16.- Internamente, los republicanos y en general los conservadores de Estados Unidos son los ganadores con la polarización mexicana, ello al margen de que prendan en México las protestas nacionalistas, que no han prendido. De ahí que los demócratas y algunos liberales hayan iniciado el camino de también cuestionarnos.
17.- Los republicanos en Estados Unidos sobre todo se apoyan en un hecho para darle credibilidad en ese país a sus ataques contra México: el número de jóvenes estadounidenses muertos por el consumo del fentanilo mexicano está creciendo exponencialmente.
18.- Ello, combinado con el secuestro y asesinato de ciudadanos estadounidenses en Matamoros, es una combinación muy atractiva para los medios estadounidenses que se van por la fácil en el diagnóstico: culpar al gobierno de México por su incapacidad para acabar con las organizaciones criminales.
19.- No debemos olvidar otro dato: en las últimas semanas, como ocurrió en 1985-1986, se han publicado en todos los medios de Estados Unidos reportajes, artículos, editoriales, opiniones de quienes consideran que el plan b electoral de AMLO destruirá la democracia mexicana si la corte suprema no lo invalida.
20.- Sobre todo, debió haber motivado reacciones antimexicanas en la opinión publica estadounidense las el despliegue, con grandes fotos de portada, de las manifestaciones de ciudadanos que defienden el INE.
21.- La respuesta de AMLO y de su equipo ha sido la más tradicional y antigua —y la más ineficaz— que cabía esperar: “No vamos a dejar que se entrometan estos mequetrefes en los asuntos internos de México”. “Vamos a enfrentarlos”. “Vamos a decirles a todos nuestros diplomáticos que contesten a los ataques de los republicanos”.
22.- Eso puede a medias funcionar en México —por la polarización, que conste, solo un sector de la población apoyará el discurso nacionalista de la 4T—. Pero es algo que en Estados Unidos no tendrá ningún efecto positivo para nosotros.
23.- Al llamarles mequetrefes —aunque lo sean— y al convocar a nuestra diplomacia a responder a los republicanos, en realidad estamos atacando un hecho emocional que toda la sociedad de Estados Unidos reconoce y acepta; por lo tanto, estamos legitimando a quienes nos agreden.
24.- Jamás vamos a ganar una batalla así. Toda política, en Estados Unidos, es política interna. Hasta una acción militar en Asia la realizan pensando en la gente de los barrios estadounidenses. Si nos metemos a ese campo de batalla, vamos a perder.
25.- Los medios de Estados Unidos han lastimado muchísimo la imagen de AMLO ante el público de aquel país. El teflón que le ayuda en México allá no tiene ningún efecto.
26.- México debe cambiar la estrategia partiendo de entender que toda la política de Estados Unidos es política interna.
27.- En lugar de confrontar, debemos establecer un marco de cooperación bilateral. Un primer paso ya se dio. Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad de México, fue nombrada por AMLO zar de la lucha contra el fentanilo, por lo que trabajará coordinadamente con la asesora de seguridad nacional de Biden, Elizabeth Sherwood-Randall.
28.- Pero ese primer paso en la cooperación de poco servirá si no se sostiene en deseos reales de disminuir la polarización en México, algo absolutamente necesario para enfrentar tantos ataques desde Estados Unidos.
29.- Para que la cooperación funcione también debemos hacer a un lado las críticas nacionalistas, que solo complican la tarea de encontrar juntos la solución al problema bilateral del momento, en migración y drogas.
30.- En lugar de criticar a los republicanos, debemos explicar mejor la estrategia de nuestro gobierno para atenuar la migración y para combatir al narco, pero no lo hemos hecho. Perdemos demasiado tiempo en pelearnos los mexicanos internamente. Si seguimos divididos no encontraremos la salida.
Columna de Federico Arreola en SDP Noticias
Foto SDP
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