Difícilmente, pues, un candidato que abandera la continuidad será capaz de superar el techo inicial de preferencias electorales.
Bajo este análisis –siguiendo la línea de Luis de la Calle– Claudia Sheinbaum, en tanto que candidata que abandera la continuidad, no podrá superar el límite de intención de votos con el que cuenta ahora. En otras palabras, la candidata oficialista está “topada” por la propia coyuntura.
En segundo lugar, considerando que que el 47 por ciento del padrón no votó por AMLO en 2018 (estos votos se dividieron en un 22 por ciento por Anaya, 16 por Meade y 5 por Jaime Rodríguez) la idea optimista es que Xóchitl, ahora candidata de una gran coalición PRI-PAN, si tiene una buena campaña y si consigue ganar el discurso del cambio, sería capaz eventualmente de llevarse el 47 por ciento más los votos de indecisos.
Su triunfo dependerá, huelga destacar, de que se produzca una mayor participación de la ciudadanía. Dicho de otra forma, si más del 63 por ciento de la ciudadanía sale a votar en julio, la mayoría de estos votos nuevos ( en relación con la elección de 2018) serían por la candidata del cambio, lo que produciría el resultado deseado del triunfo de Xóchitl Gálvez.
¿Tendrá repercusiones la presencia en la boleta del candidato Jorge Álvarez Máynez? Difícilmente. Se trata de un personaje desconocido, a la vez que se antoja complicado que logre superar el 5 por ciento del Bronco, y menos aún, los votos estimados en su momento para Samuel García.
En suma, en opinión de Luis de la Calle, y de muchos otros que comparten su idea, la ruta del triunfo para Xóchitl Gálvez podría no estar lejos de su alcance. Tendrá, empero, que alzarse exitosamente con la bandera del cambio, y sobre todo, que los mexicanos salgan a votar.
Columna de Miguel Calderón en SDP Noticias
Foto Mireya Noyo
clh