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Miércoles, 27 de Noviembre de 2024

Me secuestraron antes de reunirme con el gobernador de Sinaloa: Mayo Zambada

En una declaración difundida por su abogado señaló que la idea de que se entregó o cooperó voluntariamente es totalmente falsa
Sábado, 10 de Agosto de 2024 08:56
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Municipios Puebla

Ismael “El Mayo” Zambada declaró que no se entregó a las autoridades de Estados Unidos, sino que fue “secuestrado” momentos antes de reunirse con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya y el ex alcalde de Culiacán, Héctor Melesio Cuen Ojeda.

Nueva York va por 14 mmdd en propiedades de El Mayo ZambadaEl Mayo fue llevado contra su voluntad a EU; Joaquín Guzmán se entregó: Ken Salazar Este último fue asesinado el mismo 25 de julio en que se iba a realizar la reunión a las afueras de Culiacán, según lo expuso el capo a través de una carta que este sábado difundió su abogado.

En la declaración sostiene que nunca se entregó ni fue voluntariamente a los Estados Unidos. “Tampoco tenía ningún acuerdo con ninguno de los dos gobiernos. Al contrario, fui secuestrado y traído a los Estados Unidos a la fuerza y ​​contra mi voluntad”.

Expuso que Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo y quien también fue detenido en Estados Unidos, le pidió que asistiera a una reunión para ayudar a resolver diferencias entre los líderes políticos de Sinaloa.

“Yo estaba al tanto de una disputa en curso entre Rubén Rocha Moya, el Gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuen Ojeda, el ex diputado federal, alcalde de Culiacán y rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), sobre quién debería dirigir esa institución. Me dijeron que además de Héctor Cuen y el Gobernador Rocha Moya, Iván Guzmán Salazar también estaría presente en la reunión”.

Dijo que el 25 de julio fue al rancho y centro de eventos llamado Huertos del Pedregal, justo en las afueras de Culiacán, donde se llevaría a cabo la reunión a las 11:00 horas.

Al llegar, observó a una gran cantidad de hombres armados que vestían uniformes militares verdes que, supuso, eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos.

“Me acompañaban cuatro agentes de seguridad, de los cuales dos se quedaron fuera del perímetro. Los dos que entraron conmigo fueron José Rosario Heras López, Comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hace mucho tiempo”.

Antes de iniciar, vio a Héctor Cuen y a uno de sus ayudantes. Los saludó antes de entrar a una habitación que tenía una mesa llena de frutas.

“Vi a Joaquín Guzmán López, a quien conozco desde que era un niño, y me hizo un gesto para que lo siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y de las personas involucradas, lo seguí sin dudar. Me llevaron a otra habitación que estaba a oscuras”.

Expuso que al ingresar le tendieron una emboscada, ya que un grupo de hombres lo agredió, lo tiró al suelo y le colocó una capucha de color oscuro sobre la cabeza.

Lo ataron y esposaron, luego lo obligaron a subir a la parte trasera de una camioneta, donde lo golpearon en la espalda, las rodillas y las muñecas.

Luego lo llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde fue obligado a subir a un avión privado.

Expuso que Joaquín le quitó la capucha de la cabeza y lo ató con bridas al asiento, mientras que en el avión sólo iba Joaquín, el piloto y él.

El vuelo duró hasta tres horas, sin ninguna parada hasta que llegaron a El Paso, Texas, donde agentes federales de los Estados Unidos tomaron su custodia.

“La idea de que me entregué o cooperé voluntariamente es total e inequívocamente falsa. Fui traído a este país a la fuerza y ​​bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad”.

Recordó que la versión oficial de las autoridades del estado de Sinaloa es que Héctor Cuen fue baleado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en una motocicleta que querían robarle su camioneta, lo cual rechazó.

Indicó que lo mataron a la misma hora y en el mismo lugar donde lo secuestraron a él.

“Héctor Cuen era un viejo amigo mío y lamento profundamente su muerte, así como la desaparición de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez, de quienes nadie ha vuelto a ver ni a saber nada desde entonces”.

Sostuvo que lo narrado es la verdad de lo que ocurrió e hizo un llamado a los gobiernos de México y Estados Unidos para que sean transparentes y proporcionen la verdad sobre su secuestro y las muertes de Héctor Cuen, Rosario Heras, Rodolfo Chaidez y cualquier otra persona que haya podido perder la vida ese día.

Asimismo pidió “al pueblo de Sinaloa” para que ejerza moderación y mantenga la paz en el estado. “Nada se puede resolver con violencia. Ya hemos pasado por eso antes, y todos pierden”.

 

 

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Foto: especial

 

gse

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