A las once de la noche —no hay precisión acerca del día ni del mes ni del año— don Quijote encontró una guitarra, “y afinándola lo mejor que supo…, con una voz ronquilla aunque entonada, cantó el siguiente romance, que él mismo aquel día había compuesto”:
“Suelen las fuerzas de amor
sacar de quicio a las almas,
tomando por instrumento
la ociosidad descuidada.
Suele el coser y el labrar
y el estar siempre ocupada
ser antídoto al veneno
de las amorosas ansias”.
Don Quijote de la Mancha
Ciudadanía huérfana e indefensaPausa que no es pausaEn medicina, los antídotos o contravenenos se utilizan en la lucha contra las intoxicaciones. ¿El enamoramiento intoxica? Según don Quijote, sí. En este caso, me parece, intoxicación sería sinónimo de apendejamiento. ¿Coser y labrar —es decir, estar siempre ocupado, ocupada—, son el antídoto para las amorosas ansias? No lo sé, pero quizá funcione.
Lo cierto es que toda ponzoña necesita su antídoto. Los gobiernos del llamado neoliberalismo diagnosticaron correctamente dos de los principales venenos que amenazan la salud de nuestra sociedad: la corrupción y la falta de competencia económica, esta última también un tipo de corrupción. Diseñaron los antitóxicos, el INAI y la COFECE.
No han funcionado tales contravenenos. Poco ha hecho contra la corrupción el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales. Y en 10 años de existencia, la Comisión Federal de Competencia Económica no ha evitado los abusos de los grandes oligopolios mexicanos, aunque sí ha servido, me dicen, para recaudar buen dinerito a través de multas a empresas que se pasan de lanzas, lo que no es su función, pero al menos eso ha logrado.
Entiendo que desaparecerán pronto el INAI y la COFECE, lo mismo que otros órganos autónomos. Sería ridículo defenderlos con el argumento de que han trabajado espléndidamente. No ha sido así, punto. Entonces, la petición que le quiero hacer a Claudia Sheinbaum no es la de mantenerlos con vida, sino que nos diga ya cómo garantizará su gobierno la transparencia y cómo combatirá a los oligopolios.
Me inquieta en especial el tema de los oligopolistas, que todo lo hacen en nuestro país: los mismos nombres de empresarios aparecen en las cúpulas de las más grandes compañías, en los consejos asesores de la presidencia de México, en las listas de devoluciones de impuestos, en las licitaciones de las principales obras públicas, en las ceremonias del Grito de Independencia, en las primeras filas de los informes presidenciales, en los palcos más importantes de la Cámara de Diputados y Diputadas en los cambios de gobierno, en la fórmula 1, en las revistas que informan sobre las personas más ricas del mundo, en sus yates en el Mediterráneo, etcétera—. Todo lo hacen y todo lo poseen, excepto lo que caracteriza a gente líder del sector empresarial de otras naciones, innovación como base de su enriquecimiento. No hay innovación entre la gente de negocios mexicana porque no se necesita para competir y triunfar. Lo único que aquí hace falta para acumular montones de dinero es tener grandes patrimonios y buenos contactos en las secretarías para ganar cada día más... y mucho más.
Menciono lo anterior después de analizar el teracking diario ClaudiaMetrics.
Para acabar con la violencia la sociedad encuestada pide fortalecer la Guardia Nacional y las otras policías… ¡¡¡y también barrer con la corrupción!!! La gente desde luego entiende que se requiere de cuerpos policiacos preparados para perseguir delincuentes y pacificar a un país como el nuestro, que tanto sufre por las acciones del crimen organizado. Pero la población también está convencida de que si la corrupción continúa, no habrá manera de acabar con la inseguridad.
El ClaudiaMetrics es clarísimo. En la pregunta de qué es lo que debe hacer primero Claudia Sheinbaum para reducir la inseguridad, hay empate técnico entre tres opciones: fortalecer a la Guardia Nacional (23.0%), barrer con la corrupción (22.8%) y capacitar policías locales (20.4%).
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