En una nueva fase de la guerra contra las drogas, el Cártel de Sinaloa ha comenzado a reclutar estudiantes de química para producir fentanilo en laboratorios clandestinos, un fenómeno que podría complicar aún más el combate al tráfico de drogas entre Estados Unidos y México.
El grito fue de justicia para el taxista Jorge FuentesDiciembre trae consigo un nuevo frente fríoDe acuerdo con un reportaje de The New York Times, el Cártel, buscando reducir su dependencia de los precursores provenientes de Asia, ha comenzado a capacitar a jóvenes en universidades mexicanas para que fabriquen y mejoren la droga que ahora representa una de las principales amenazas en la lucha contra las drogas en América del Norte.
La producción de fentanilo, un opioide sintético con una potencia de hasta 50 veces mayor que la heroína, ha aumentado considerablemente en los últimos años. La droga se ha convertido en la causa de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos, lo que ha generado una presión internacional para frenar su tráfico.
Sin embargo, la pandemia de COVID-19 y los controles más estrictos en las cadenas de importación desde Asia han obligado al Cártel de Sinaloa a buscar alternativas para continuar con la producción de esta droga altamente peligrosa.
A raíz de la escasez de precursores químicos provenientes de China, el Cártel de Sinaloa ha intensificado su reclutamiento de estudiantes y profesionales en el campo de la química, personas que son capaces de sintetizar tanto el fentanilo como los precursores necesarios para producirlo.
Se cree que este reclutamiento masivo tiene como objetivo fortalecer las capacidades del cártel para producir opioides sintéticos de manera más eficiente y autónoma, sin depender de las importaciones externas.
Los reclutadores del Cártel de Sinaloa no se limitan a buscar únicamente perfiles con experiencia previa en química, sino que también apuntan a estudiantes que estén en formación.
De acuerdo con el reportaje, estos jóvenes son seleccionados por su discreción, su disposición para el riesgo y su falta de escrúpulos frente a la producción de una droga letal. El cártel promete a los reclutados pagar sus estudios universitarios, además de ofrecer un bono de contratación que puede llegar a los mil dólares, un monto tentador para muchos estudiantes, especialmente aquellos que carecen de recursos económicos.
Una vez que los estudiantes son reclutados, son trasladados a laboratorios clandestinos en lugares apartados, muchas veces con los ojos vendados para evitar que identifiquen las ubicaciones. En estos laboratorios, los jóvenes son entrenados en la producción de fentanilo y otros precursores químicos.
Los riesgos son altos, ya que, a pesar de las medidas de seguridad como trajes especiales y máscaras antigás, los trabajadores están expuestos a sustancias letales y a accidentes graves como explosiones. Además, cometer un error en estos laboratorios puede tener consecuencias fatales, ya que el cártel no dudará en recurrir a la violencia si se sienten amenazados por cualquier falla.
El hecho de que el Cártel de Sinaloa sea capaz de producir fentanilo de manera autónoma es un desafío adicional para las autoridades tanto de México como de Estados Unidos. El contrabando de precursores desde Asia ya representaba una dificultad significativa para los esfuerzos de control, pero con la capacidad de fabricar estos productos internamente, el cártel podría estar abriendo un frente aún más difícil de combatir.
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xmh
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