Suelo, un memorial compuesto por 3,285 azulejos negros, recuerda a los 332 activistas ambientales y defensores del territorio que han sido asesinados en México desde 1994, año en el que México, Estados Unidos y Canadá firmaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Asesinan a 14 personas activistas y defensoras en Puebla en seis añosMéxico tercer lugar con más asesinatos de defensores de DDHHEn 332 de los azulejos, pintados a mano, se pueden leer en la galería Le Laboratoire los nombres y apellidos de activistas ambientales y defensores y defensoras del territorio asesinados en México desde que el TLCAN supuso la implantación de un modelo neoliberal que generó la desregularización ambiental, la privatización y el acaparamiento de tierras, la expulsión de comunidades de sus territorios y la intensificación del extractivismo, cuyas consecuencias han impactado el medioambiente, las culturas y las vidas humanas.
La obra de los artistas Eugenio Merino y Pierre Valls, desarrollada en colaboración con la investigadora Lucía Velázquez Hernández, “funciona como un memorial en recuerdo a todos los asesinados en defensa de los territorios. Los espectadores sólo podrán observar el suelo desde arriba sin pisarlo. El uso del negro en la talavera puede considerarse una disidencia que rompe con la norma de la policromía usualmente empleada en esta técnica, cuestionando además, su legado colonial”.
En “Un sexenio más de ecocidio: Defensa del ambiente y los territorios en México”, artículo publicado en el volumen 67 de la revista Ecología política, Velázquez Hernández escribió que en México han sido asesinadas 261 personas que defendían el ambiente y los territorios de 1995 a 2022, 133 en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con la presentación que de Suelo hizo la galería Le Laboratorio “el proyecto dialoga con la exposición Diomedes, que explora problemáticas climáticas globales, como el controvertido Proyecto Willow, uno de los mayores planes de explotación petrolera en la historia de Alaska. Willow ha sido duramente criticado por sus efectos devastadores sobre los ecosistemas locales, su contribución al cambio climático y, en general, por perpetuar políticas extractivistas que, al igual que en México, intensifican la destrucción territorial y el colonialismo cultural”.
La instalación es considerada un memorial vivo porque permitirá añadir nuevos nombres sobre los azulejos “reflejando la violencia continua contra quienes defienden la tierra y reconociendo la existencia de defensoras y defensores ambientales y del territorio para actualizar dicha lista y generar así un archivo de la memoria del territorio en México”.
Las piezas de talavera fueron fabricadas a mano en el taller Talateca Mexican Pottery que bajo la dirección de Pedro Talateca se ha consolidado como uno de los más destacados en la ciudad de Puebla con piezas que fusionan la esencia de la talavera tradicional con un diseño contemporáneo.
Durante la apertura de la muestra, en el número 56 de la calle Gral. Antonio León, el activista medioambiental Carlos Armando Olivares leyó los 332 nombres de quienes conforman el memorial.
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Foto: galería Le Laboratoire
ivg
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