AMLO, el falso mesías de México: la portada que deja malparado al presidente

El Sr. López Obrador divide a los mexicanos en dos grupos: "el pueblo", con lo que se re!ere a los que lo apoyan; y a la élite, a la que denuncia, a menudo por su nombre, como ladrones y traidores que tienen la culpa de todos los problemas de México. Dice que está construyendo una democracia más auténtica. Es una criatura extraña. Llama a muchos votos, pero no siempre sobre temas que se resuelven mejor votando. Por ejemplo, cuando se plantean objeciones legales a uno de sus proyectos favoritos: mover un aeropuerto, construir un oleoducto, bloquear una fábrica, convoca un referéndum. Elige un pequeño electorado que sabe que se pondrá de su lado.

Llegan más de 2 millones de vacunas Covid AstraZeneca a México El tráfico de pasajeros por avión no se desvía de su ruta Cuando lo hace, declara que la gente ha hablado. Incluso ha convocado un referéndum nacional sobre si procesar a cinco de los seis expresidentes vivos de México por corrupción. Como truco para recordar a los votantes las de!ciencias de los regímenes anteriores, es ingenioso. También es una burla del estado de derecho.

El desprecio del presidente por las reglas es una de las razones por las que las elecciones del 6 de junio importan. No está en la boleta electoral; su mandato único de seis años expira en 2024. Pero la legislatura nacional está en juego, al igual que 15 de las 32 gobernaciones, la mayoría de las asambleas estatales y miles de puestos locales.

Los votantes tienen la oportunidad de controlar a su presidente rechazando a su partido, Morena. No está claro que lo harán. La mayoría está insatisfecha con la forma en que se administra el país, pero el 61% aprueba al propio Sr. López Obrador. Muchos sienten que se preocupa por la gente común, incluso si no ha mejorado materialmente sus vidas. Los partidos de oposición no han ofrecido una alternativa coherente. Morena se está deslizando en las encuestas, pero puede retener su mayoría en la cámara baja, con la ayuda de sus aliados. Cuantas más palancas controle, más podrá seguir el señor López Obrador su plan para transformar México.

Ha hecho cosas buenas, como aumentar las pensiones y subvencionar el aprendizaje para los jóvenes. Aunque es izquierdista, ha mantenido el gasto y la deuda bajo control, por lo que la cali!cación crediticia de México sigue siendo tolerablemente !rme. Pero sufre de lo que Moisés Naím, un periodista venezolano, llama "necro!lia ideológica", un amor por las ideas que se han probado y demostrado que no funcionan.

Tiene buenos recuerdos de la década de 1970, cuando un monopolio petrolero propiedad del gobierno se extendió por su estado natal. Está tratando de recrear algo similar, prohibiendo la inversión privada en hidrocarburos y obligando a la red a comprar energía de fuentes estatales primero, sin importar lo costosos y sucios que sean. Le gustan los ferrocarriles, por lo que está arando 7 000 millones de dólares en un boondoggle que quema diesel en su región natal. Frustrado con los funcionarios que se molestan por las reglas y la licitación de contratos, recluta al ejército para construir su ferrocarril, administrar puertos y combatir el crimen. En otros países, invitar a los hombres con armas a manejar enormes sumas de dinero público con escasa supervisión ha demostrado ser catastró!co, como cualquier egipcio o paquistaní podría advertirle. Pero el Sr. López Obrador es famoso por no escuchar consejos. Su lema en las reuniones del gabinete es "¡Cállate!" (Cállate).

Su desdén por la experiencia ha hecho que el gobierno sea menos competente. Su plan de plantación de árboles ha alentado a los agricultores a talar árboles viejos para que se les pague por plantar otros nuevos. Su política de "abrazos, no balas" para los gángsteres no ha logrado reducir una tasa de asesinatos estratosféricos. A pesar de toda su maldición contra el soborno, los mexicanos informan tantas demandas de sobornos de funcionarios como antes.

Fue lamentablemente lento en responder a covid-19 y gastó muy poco en amortiguar sus efectos económicos. Según las estimaciones de The Economist, México ha sufrido 477.000 muertes excesivas por la pandemia, una de las peores tasas del mundo; y su gdp se redujo en un 8,5% el año pasado. El país debe estar preparado para un crecimiento galopante. Las multinacionales están ansiosas por diversi!car sus cadenas de suministro lejos de China, y México es un centro de fabricación junto a los Estados Unidos, que está entrando en un auge post-covid provocado por estímulos. Sin embargo, los inversores son cautelosos.

Temen la incertidumbre del gobierno por capricho presidencial. El Sr. López Obrador está socavando los controles de su poder. Se apoya en los anunciantes para no apoyar los medios de búsqueda de fallas. Reduce los presupuestos de los perros guardianes, o los rellena con sus partidarios. La semana pasada dijo que reemplazaría al gobernador del banco central con alguien que esté a favor de "una economía moral". Ha amenazado al organismo que dirige las elecciones.

Los próximos tres años determinarán la profundidad y duración del daño que hace a México y su democracia. Se le prohíbe buscar la reelección, pero está tratando ilegalmente de extender el mandato de un juez amistoso de la Corte Suprema. Los críticos temen que quiera sentar un precedente para sí mismo. Las instituciones de México son fuertes, pero pueden ceder bajo el ataque sostenido de un fanático con apoyo popular. El país escapó de facto del gobierno de un solo partido en 2000. Dado el riesgo, los votantes el 6 de junio deben apoyar al partido de oposición que esté mejor posicionado para ganar, dondequiera que vivan. Los partidos de oposición deben trabajar juntos para contener al presidente.

Aprende de tus errores

Ellos también deberían aprender de él. Es popular en parte porque hicieron un mal trabajo ayudando a los que se quedaron atrás durante el largo auge que siguió a la liberalización económica en la década de 1980; y también porque gran parte de la clase dominante es realmente corrupta. El enfoque ad hoc y sin ley del Sr. López Obrador no ha hecho que México sea más limpio, pero ha destacado la necesidad de una limpieza.

Los Estados Unidos necesitan prestar atención. A Donald Trump no le importaba la democracia mexicana. El presidente Joe Biden debe dejar claro que lo hace. Debe ser discreto: los mexicanos son comprensiblemente alérgicos a ser empujados por su gran vecino. Pero Estados Unidos no debería hacer la vista gorda ante el autoritarismo rastrero en su patio trasero. Además de enviar vacunas, incondicionalmente, el Sr. Biden debería enviar advertencias silenciosas.

Foto especial

aj

Vistas: 938