El nivel total de ocupación del trabajo del hogar remunerado se mantiene 6.2% por debajo de lo observado antes de la pandemia.
En el segundo trimestre del año solamente 14,700 empleadas del hogar volvieron al mercado laboral.
La ocupación en este sector del mercado laboral no ha logrado regresar al nivel de 2.4 millones observado antes de la pandemia, por lo que muchas de ellas continúan en la lucha contra el desempleo.
El reporte para el trabajo del hogar remunerado es de poco más de 2 millones 260,000 personas empleadas en este sector, con base en la información que publicó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para el segundo trimestre del año.
De enero a marzo de 2022, hubo más de 2 millones 245,000 personas laborando en el trabajo doméstico. Es decir, entre el primer y segundo trimestre de este año más de 14,700 empleadas del hogar se reincorporaron a sus labores.
Aproximadamente 150,000 personas no han logrado reintegrarse a esta actividad económica, esto se puede constatar al comparar el último dato del Inegi con lo observado en el último trimestre de 2019, antes del impacto de la pandemia en el país, cuando más de 2 millones 408,000 tenían empleo en este rubro.
Entre abril y junio de 2020, el Inegi no reportó datos trimestrales debido a la imposibilidad de recabar toda la información por la pandemia del covid-19. Sin embargo, los datos reportados para el tercer trimestre de ese año confirman que una tercera parte de las trabajadoras del hogar se quedó sin empleo, en dicho periodo solo 1.9 millones siguieron laborando.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en todo el mundo hay 75.6 millones de personas mayores de 15 años que se dedican al trabajo doméstico remunerado.
El 50% labora en Asia y el Pacífico; en América, el 23 por ciento. El resto, 27 se emplea en Europa y Asia Central.
Brasil es el país con más trabajadoras del hogar del continente, con 6.2 millones. Con las actuales cifras, de unas 2.2 millones, México tiene la misma población de empleadas del hogar que Estados Unidos.
Esta actividad económica sigue siendo altamente feminizada, en el país 9 de cada 10 personas en el sector son mujeres y es un empleo atravesado por la clase social y el racismo.
Este trabajo “es considerado social y económicamente inferior, se les asignan bajas remuneraciones, no cuentan con prestaciones sociales, y tienen poca capacitación”, señala el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
En los últimos años, las trabajadoras del hogar han logrado el reconocimiento de sus derechos laborales más básicos y están por acceder a la seguridad social obligatoria.
La Cámara de Diputados tienen pendiente la aprobación de una reforma a la Ley del Seguro Social (LSS) para establecer como obligatoria la afiliación de las trabajadoras al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El programa piloto que en julio tenía inscritas a 51,354 empleadas y empleados del hogar, sigue pendiente. Esa cifra representa apenas el 2% de las más de 2.2 millones que acuden a los hogares a limpiar, cocinar, lavar ropa, cuidar de niñas, niños, mascotas y personas adultas. Muchas de ellas viven en esas casas. El salario promedio de quienes están afiliadas es de 231 pesos por día.
De acuerdo con el Conapred, el 88% de las empleadas labora de entrada por salida y el 12% de planta. “En el caso de las trabajadoras del hogar que habitan en el lugar donde trabajan la distinción público-privado se diluye. No quedan claros ni específicamente definidos los tiempos, los espacios, el objetivo y las funciones de la trabajadora y para la trabajadora, permitiendo la discriminación, la explotación, los abusos y los maltratos”.
Foto: Chiapas Paralelo
LSM
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