“Los varones [y las damas] prudentes, por los casos pasados y por los presentes juzgan los que están por venir.”
MIGUEL DE CERVANTES
“No fue la guerra que iniciaron ni la plaga que crearon. Fue el juicio. Nadie escapa del pasado. Nadie escapa del juicio.”
ROGER ALLAM
Si hay un premio al cinismo, se lo lleva la ministra Yasmín Esquivel. Pedir “prudencia” a la UNAM, pero su actuar vulnerar al Poder Judicial y a la máxima casa de estudios del país es, diría el clásico, el colmo del cinismo.
Calderón y Reforma vetan a Creel, apoyan a Margarita e insultan a KrauzeResulta ahora que, encima de todo lo que ha hecho estos últimos dos meses, le ha instruido a su abogado ante la Universidad Nacional, Alejandro Romano, llevar a juicio de amparo no un acto consumado o una posible futura resolución, sino “el respeto a su derecho al debido proceso, pues TEME un ‘daño grave’ por la divulgación de datos”…
El daño grave —el que sí es un hecho— causado a la nación, ese no le preocupa. Para Yasmín y su abogado “no se trata de limitar la libertad de expresión de las autoridades universitarias, sino de que estas se rijan por el principio de prudencia”.
¿Prudencia? ¡Esa es la que se le debe exigir a la constitucionalista pues no la ha dado!
Prudencia no es tergiversar la ley ni conseguir de una colega de profesión un “recurso” que le permite garantizar su impunidad a la vez que hace callar a una institución educativa (recordarán, estimados lectores, que el último que se atrevió a callar a la Universidad fue Gustavo Díaz Ordaz. De la misma suerte la calaña de la plagiara ahora).
Yasmín Esquivel ha pasado a encarnar todos los vicios del aparato judicial concentrados en una sola persona: es una plagiaria, se burla de su puesto y de la Suprema Corte, abusa de su poder para evitar un fallo en su contra por parte de la UNAM, silencia a la misma y continúa actuando como ministra (con todos los daños e implicaciones que tienen y tendrán sus votos o la futura anulación de estos).
Y mientras, la UNAM corre peligro. Su rector Enrique Graue dice: “en la Universidad no se acallan las voces, es donde se alienta el debate. La censura siempre será contraria a la defensa de la Universidad”, pero bien que la están callando. Graue Wiechers no sabe cómo terminar con esa censura ni con el cortapisas. Más todavía: la sombra del plagio, de las ventas de tesis, pende sobre maestros y alumnos de la UNAM que nada tienen que ver con eso. Yasmín Esquivel ha hecho un enorme daño a la UNAM y mientras más se aferra a defender lo indefendible, mayor será el perjuicio.
La institución educativa defiende el respeto a las leyes, a la Constitución y al amparo, pero al no poder parar esta farsa pone en jaque a la comunidad universitaria.
Dentro de este triste y muy bochornoso asunto que se habría evitado si Yasmín Esquivel hubiera actuado con “prudencia”, al menos una instancia por fin ha decidido actuar. En la SCJN se le dio trámite a la consulta 1/2023 presentada por la ministra presidenta Norma Lucía Piña para determinar qué vía de resolución se le dará a las varias denuncias de ciudadanos, abogados y congresistas en contra de Esquivel Mossa por el presunto plagio. La consulta fue turnada al ministro Juan Luis González Alcántara, quien deberá definir qué procede para que el pleno atienda las denuncias contra la ministra Esquivel presentadas ante la Unidad General de Investigaciones de Responsabilidades Administrativas de la SCJN.
Mientras se resuelve cómo proceder en materia de responsabilidad por cuanto a las denuncias en contra de una ministra en funciones, procede a separarla del cargo y entablar un juicio político (¿quién o quiénes lo tienen que presentar?, ¿cómo y cuándo?).
La destrucción de las instituciones no puede continuar. Se tiene que evitar que siga desprestigiando a la UNAM y vulnerando las sentencias de la SCJN.
El juicio político a Yasmín Esquivel debe de ser ya.
Columna de Verónica Malo en SDP Noticias
Foto Cuartoscuro en SDP
clh
Vistas: 550