Según lo recabado por este medio “Boeing emitió un boletín que describe las formas en que los proveedores deben permanecer alerta ante potenciales registros falsificados. Este problema que afecta a toda la industria afecta a algunos envíos de titanio recibidos por un conjunto limitado de proveedores, y las pruebas realizadas hasta la fecha han indicado que se utilizó la aleación de titanio correcta”.
Todo apunta a que Boeing ya puso manos a la obra para detectar -antes de que salgan de la fábrica- que los aviones no hayan sido elaborados con el titanio falso, sino con la aleación correcta, para garantizar la seguridad aérea.
Y veamos, entre el jabón Down para trastes utilizado como lubricante para puertas, los tornillos sueltos e incluso la herramienta que mecánicos de las líneas aéreas que vuelan estos equipos han encontrado en aviones recién salidos de fábrica, esta “pifia” del titanio se suma a las ya acumuladas en el pasado.
Y nos falta agregar un “detallito más”: resulta que el jueves pasado la armadora norteamericana Boeing anunció que llevará a cabo inspecciones adicionales a varios de sus aviones de cabina ancha; nos referimos a los B787Dreamliner, después de que encontraron que varios de estos equipos no tenían correctamente instalados los elementos de fijación del fuselaje.
No se sí ustedes tengan fresco en su memoria, pero los “soplones”, como les dicen en Estados Unidos a los ex trabajadores de Boeing que han ido a testificar en contra de ellos, ya habían advertido sobre este problema de los paneles, que no “encajaban” de manera correcta, a pesar de que termina siendo el fuselaje de una aeronave.
Así que podemos decir que no es nada nuevo bajo el sol, advertidos estaban ya. Y según la propia Boeing, estos problemas solamente se han presentado en aviones que todavía no han sido entregados a las líneas aéreas por parte del fabricante, dejando en claro que los aviones que actualmente surcan nuestros cielos son perfectamente seguros.
Esto fue informado a través de un comunicado por parte de Boeing, donde añade lo siguiente: “Los 787 Dreamliners actualmente en servicio son seguros para operar, aunque habrá que determinar si las aerolíneas con aviones en operación necesitan tomar alguna medida.”
Vaya que ha sido un año más que caótico para Boeing, desde enero cuando sucedió el desprendimiento de la puerta del B737MAX-9 de Alaska Airlines y que se descubrió que varios aviones de ese modelo tenían “sueltos/flojos” los tornillos que sujetan dicha puerta.
La última vez que Boeing estuvo en el banquillo de los acusados fue el pasado 13 de junio, cuando Mike Whitaker, el director de la FAA, testificó ante el “Comité de Comercio del Senado sobre la Supervisión de la FAA de la fabricación de aviación”. Misma ocasión en que además hubo una votación que ganó de manera abrumadora Whitaker para que en octubre siga al frente de la FAA.
También aprovechó para informar que la FAA ha colocado más inspectores en las fábricas de Boeing, donde pueden verificar que se cumplan con todas las normativas concernientes a mantener los estándares de seguridad aérea.
Por el momento concluimos con la noticia que dio a conocer la agencia Reuters, acerca de que continuará el retraso en la producción de los aviones de la familia Boeing 737MAX; de hecho en los pasados dos meses no pudo colocar ni un solo equipo.
Como ya lo saben estimados lectores, seguiremos puntualmente cómo se sigue desarrollando esta trama, y cierro comentando que el caso del titanio falso es derivado también del conflicto que no ha concluido entre Rusia y Ucrania.
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Columna de Ximena Garmendia en SDP Noticias
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