El programa Pensión Mujeres Bienestar ha ganado relevancia en muy poco tiempo, consolidándose como uno de los apoyos económicos más importantes para las mujeres adultas mayores en México. Implementado en 2024, este programa busca fortalecer la autonomía económica de las mujeres de 60 a 64 años, un sector que, históricamente, ha enfrentado diversas barreras para acceder a pensiones y beneficios sociales. Sin embargo, a medida que las beneficiarias cumplen 65 años, surge una pregunta común entre ellas: ¿qué sucede con su apoyo cuando alcanzan esa edad?
Volkswagen anuncia paro productivo en Segmento 3 de Taos por falta de componentesEn solo 48hrs, el ejército de Israel ha asesinado a 174 niños palestinos Una de las principales preocupaciones de las mujeres inscritas en este programa es la incertidumbre sobre su futuro económico una vez que lleguen a los 65 años. Según la página oficial de Programas para el Bienestar, al cumplir esta edad, las beneficiarias de Pensión Mujeres Bienestar no perderán su apoyo, sino que se verán automáticamente transferidas al programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, un esquema pensional que otorga un apoyo más amplio.
Este traspaso asegura que, lejos de perder el beneficio, las mujeres continúen recibiendo ayuda económica, pero con un aumento significativo en el monto. En lugar de los 3 mil pesos bimestrales que reciben en el programa actual, pasarán a cobrar 6 mil 200 pesos bimestrales. Esta pensión es universal, lo que significa que se otorga a todas las personas adultas mayores mexicanas, independientemente de su situación económica o social.
Para muchas mujeres, el apoyo económico de Pensión Mujeres Bienestar ha sido una herramienta clave para la estabilidad financiera, sobre todo en un contexto donde la brecha salarial y las desigualdades económicas afectan principalmente a las mujeres. La posibilidad de contar con un ingreso garantizado a los 60 años ha permitido que muchas mujeres, que de otro modo tendrían que depender de familiares o trabajos informales, puedan enfrentar con mayor tranquilidad su jubilación.
La transición al nuevo programa no solo asegura que las beneficiarias continúen recibiendo apoyo, sino que también les brinda un incremento en sus ingresos, lo que representa un alivio económico importante para quienes han dedicado su vida a la familia y al hogar, y ahora enfrentan la etapa de la vejez con mayor autonomía.
Sin embargo, es importante mencionar que, a pesar de los avances que representa el programa, aún existen retos en su implementación. La cobertura universal de la pensión para adultos mayores puede verse limitada por factores como la falta de información en zonas rurales o la lentitud en los trámites administrativos, que pueden afectar la eficiencia con la que las mujeres son transferidas al nuevo esquema de pensión.
En este sentido, las autoridades deben seguir trabajando en mejorar la accesibilidad y garantizar que todas las beneficiarias, sin importar su lugar de residencia, reciban el apoyo de manera puntual. La Secretaría del Bienestar y otras dependencias del gobierno tienen la responsabilidad de asegurar que los programas sociales lleguen de manera efectiva a quienes más los necesitan, sin que se presenten brechas en la atención.
A pesar de los desafíos, el Pensión Mujeres Bienestar representa un avance importante en el camino hacia una mayor igualdad económica para las mujeres adultas mayores en México. Al ofrecer un respaldo económico continuo y en aumento, el programa contribuye a que más mexicanas tengan una vejez digna y con cierta estabilidad financiera, lo cual es un paso necesario para abordar las desigualdades estructurales que enfrentan las mujeres en el país.
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