El amarillismo en torno a la aviación

El escritor español Pío Baroja decía que la verdad no se puede exagerar y que en ella no puede haber matices, sin embargo en la “semi verdad” o en la mentira hay muchos.

México resuelve mecanismo laboral de Vidrio Decorativo OccidentalLa aviación no es negocioYo sé, resulta seductora la idea de plagar los textos con “hipérboles” para exagerar de manera intencional que estamos cerrando fuerte este 2024, en cuanto a accidentes e incidentes aéreos se refiere; sin embargo hay que poner los puntos sobre las íes, y dejar a un lado el amarillismo que en nada ayuda a la industria aérea.

Primero debemos tener en claro que no es lo mismo un incidente que un accidente, y en estos últimos días hemos tenido de los dos. En el caso de Azerbaijan Airlines, todo apunta a un terrible error derivado de un estúpido conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

De hecho ya salió a disculparse el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ya que la aeronave fue impactada por un misil ruso que estaba a la caza de drones de combate ucranianos.

Este evento, tan lamentable como trágico, es un accidente y así se cataloga; en este caso por diversas circunstancias hubo sobrevivientes. Caso totalmente diferente a lo ocurrido, por ejemplo, con un avión de VivaAerobus, donde hubo una despresurización en la aeronave, y la tripulación de cabina de pilotos logró aterrizar con éxito en el Aeropuerto de Monterrey. Este evento es catalogado como incidente.

Es decir que no pasó a mayores y se llevaron a cabo todos los procesos correspondientes para que los pasajeros no tuvieran ningún percance. Caso similar sucedió con un avión Boeing 737-800 de KLM, que se despistó después de aterrizar en el Aeropuerto de Torp, Sandefjord, en Noruega.

Trascendió que este incidente se debió a una falla en el sistema hidráulico del avión utilizado en el vuelo KL1204, que partió de Oslo con destino final en Ámsterdam. Este vuelo tuvo que solicitar aterrizar de emergencia debido a la falla.

Pero el avión tras aterrizar se “despistó” (se salió de la pista) al final, sin embargo, los pasajeros no sufrieron ningún percance, por lo que se trató de otro incidente dentro de la industria, y no un accidente.

Un ejemplo más de incidente es el de Air Canada, operado por su alimentadora PAL Airlines en el Aeropuerto de Halifax (Nueva Escocia, Canadá), el cual sufrió un fallo en el tren de aterrizaje, que ocasionó un incendio en la aeronave; sin embargo, al igual que los casos anteriores, los pasajeros no tuvieron mayores consecuencias.

Quienes seguimos de cerca el mundo de la aviación, sabemos que estos incidentes, son el pan nuestro de cada día, sin embargo aún así, la aviación sigue siendo el transporte de pasajeros más seguro.

Y es que a nivel mundial, diariamente hay abortos de despegue e idas al aire, que son procedimientos para mantener muy en alto los estándares de seguridad. Sin embargo, a los pasajeros esto les impresiona y creen que han vivido un trágico accidente, cuando en realidad son incidentes.

Y es que la prensa además se encarga de echarle más leña al fuego, y les encanta andar entrevistando a pasajeros que no tienen la más remota idea de todos los procesos de seguridad con los que cuenta una línea aérea.

Es más, entre el gremio aeronáutico llegamos a decir en broma cuando pasa algún incidente que la prensa lo magnifica “se vivieron horas de angustia y terror por parte de los pasajeros”, cuando en realidad lo que los pilotos hacen diariamente junto con los sobrecargos es llevarlos de la manera más segura posible.

Es por esa razón que no podemos permitir el amarillismo dentro de la industria aeronáutica, porque no es lo mismo un incidente que un accidente. Cuando por desgracia llega a suceder un accidente, como el de Azerbaijan Airlines, o peor aún como el de Jeju Air, aerolínea sudcoreana de bajo costo, un vuelo en el que viajaban -entre pasajeros y tripulantes- 181 personas, y solo sobrevivieron 2.

Tendremos que esperar el resultado de las investigaciones correspondientes para saber por qué aterrizaron de emergencia, y sin tren de aterrizaje. Necesitamos saber por qué falló el Boeing 737-800. El domingo pasado el CEO de la armadora estadounidense pidió disculpas a los familiares de los pasajeros por esta terrible tragedia.

Sin embargo, lo digo fuerte y claro: que este tipo de eventos no les haga creer que la industria aérea está pasando por algo extraño. Como lo he dicho, los incidentes suceden diariamente dentro de la aviación y son eventos controlables en donde la vida de los pasajeros se salvaguarda a toda costa.

En cambio los accidentes son muy distintos, y se tienen que analizar con toda la seriedad; hay que esperar a la recuperación de las cajas negras, hacer el análisis de los datos y después de ello hacer el informe correspondiente que indique cuáles fueron las causas. De un correcto análisis de datos depende que en el futuro se eviten accidentes fatales.

Lo repetiré las veces que sea necesario, la aviación es el medio de transporte más seguro del mundo. Por supuesto que lamentamos que existan los accidentes fatales, duelen terriblemente las pérdidas humanas, pero es la forma más segura de viajar, y lo seguirá siendo, porque a diferencia de otros medios de transporte, en la industria aeronáutica los protocolos de seguridad son muchísimos.

Cuando se suscita un accidente, generalmente no es causa de un solo error, sino que es derivado de una serie de procesos que no se llevaron adecuadamente a cabo. Para que suceda un accidente fatal, tiene que romperse una larguísima cadena de procesos.

Por eso me saca de balance que el amarillismo alcance a la aviación, generando desconfianza en ella y por lo que es importante que ustedes, estimados lectores, sepan la diferencia que existe entre “incidente” y “accidente”.

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Columna de Ximena Garmendia en SDP Noticias

Foto AP

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