México.- Es indispensable formar un mayor número de profesionales en el área de las ciencias forenses y también pensar en cuáles son las necesidades del país; si se considera el problema de la crisis forense, requerimos expertos con una visión integral para buscar e identificar seres humanos, afirmó Zoraida García Castillo, directora de la Escuela Nacional de Ciencias Forenses (ENaCiF).
¡Únete a la Armada! Abren convocatoria para la Universidad Naval 2025Activistas se manifiestan en CDMX por caso de Natalia LaneAsimismo, prosiguió, se precisa contar con metodologías y planes de localización o entrenamiento para orientar a las familias afectadas. “Este es un trabajo que estamos haciendo”.
Detalló que, en cuanto a científicos forenses, en la ENaCiF, creada hace 11 años, hay siete generaciones de egresados que suman cerca de 250 universitarias y universitarios en ejercicio.
“Al inicio se admitía sólo un grupo, ahora duplicamos la matrícula; representan un nuevo perfil que el país y el sistema de justicia no conocían. Han sido bien aceptados, son buenos, útiles y profesionales en lo que hacen”.
La especialista precisó que enfrentan retos en la identificación de personas en vida o de aquellas que han fallecido. Es decir, carecemos de bases de datos o las que existen son aisladas o incompletas; la misión de la Universidad Nacional es formar profesionales que resuelvan esos problemas.
Las y los egresados de la ENaCIF tienen conocimientos en biología, anatomía, odontología, genética, hematología o entomología y antropología, entre otras áreas del conocimiento. Aunque no implica que sean especialistas en cada una, saben cómo interaccionan, cuáles son sus alcances y límites, en qué momento se aplican y cuándo no son elementales.
También se precisa de químicos, toxicólogos, biólogos, genetistas antropólogos y odontólogos forenses, por mencionar algunos, con una formación con perspectiva de género y de derechos humanos, aseveró.
En México, apuntó, hacen falta también antropólogos forenses y, “aunque parezca extraño, se están graduando menos médicos forenses; quizá no resulta una rama profesional muy atractiva para los estudiantes”.
Zoraida García informó en entrevista que a partir de 2024 se realiza, como una de las formas de titulación, un diplomado en búsqueda e identificación. De igual manera, en la entidad académica se ofrece educación continua y los desafíos inmediatos son tener especializaciones y después posgrados.
Instrumentos actuales
En los últimos años es notable el crecimiento del uso de la tecnología en las ciencias forenses; el desarrollo de esta ha sido vertiginoso y mientras más avanza más aporta a ese ámbito, subrayó.
En cada una de las disciplinas que las integran –medicina, lofoscopía (estudio de todas las huellas de nuestra piel: de las palmas de las manos, dactilares, de las plantas de los pies y de los labios), antropología, odontología o genética–, se requieren herramientas tecnológicas. Por ejemplo, “sin los secuenciadores para hacer análisis de muestras biológicas y comparaciones que permitan establecer semejanzas para la identificación, sería imposible trabajar en la genética”, refirió.
Las huellas digitales o dactilares son únicas, “lo mismo que algunas otras características como las palmares y del pie, labios, dentadura y esqueleto, todo lo cual nos identifica. Las formas de medición de esos indicadores cada vez se vuelven más complejas, los nuevos instrumentos permiten sistematizar la información”, detalló la experta.
En la actualidad, una de las pruebas importantes en los ámbitos judicial y jurídico, en general, es la pericial o científica. Antes de los años 80 del siglo pasado era improbable que se efectuaran análisis de tipo genético porque no se contaba con los avances tecnológicos que hoy se tienen.
Otro ejemplo, dijo, es la dactiloscopía, la cual tiene más tiempo de existencia. Inicialmente empleaba herramientas rudimentarias, como impresiones en papel; cuando se digitalizan es posible almacenar esa información en bases de datos.
El rol de la tecnología también es destacado en la comparación forense de la voz, o en las necropsias, donde se realizan disecciones y análisis del cuerpo y además se requieren estudios radiológicos, que identifican lesiones, histológicos para determinar las condiciones de los tejidos (desde el grado de descomposición hasta alguna patología), así como toxicológicos.
De acuerdo con la universitaria, la concurrencia de diversos campos de conocimiento en la ciencia forense puede dar seguridad de las causas de muerte de una persona, su identificación, condición de salud, ancestría, edad, sexo y otras cuestiones necesarias de conocer.
Zoraida García destacó que dicha disciplina tiene aplicación en el ámbito penal y en otras áreas del derecho, como en el familiar para determinar paternidad, maternidad o abuelidad. “Esa prueba es muy recurrente; la que más se aplica es para conocer la paternidad”.
Mencionó que en las materias civil o administrativa se requiere conocer la autenticidad de documentos y firmas; mientras que la confiabilidad del testimonio se realiza a través del análisis de la psicología forense, la cual también se utiliza en el rubro familiar para saber las condiciones en que se encuentran las personas por tener en su custodia a un menor de edad, entre otros casos.
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