Tehuacán, Pue.- En México las personas están consumiendo maíz transgénico a pesar de que no está permitido, problema que han observado y rastreado al ver que es comercializando ese tipo de grano, sobre todo del que es sustraído de los furgones del tren, dijo el Director de Alternativas y Procesos de Participación Social, Raúl Hernández Garcíadiego.
Inversión en seguridad merma a farmacias en TehuacánDIF Tehuacán, sin psicólogos para evaluaciones y peritajesHay gente que sabe cómo funcionan los furgones del ferrocarril, se suben, abren la compuerta y dejan que el maíz vaya cayendo a un costado de la vía hasta que se vacía, esto sin tener conocimiento de dónde procede, el uso que tendría o las características propias del grano, confiando que es una especie ordinaria y completamente natural.
Dijo que tras un proceso legal que se inició por diversas agrupaciones, se logró prohibir la siembra de maíz transgénico desde 2013 en México, pero al mismo tiempo entran cargamentos que llegan por barco, destinados a la alimentación animal, además se han encontrado restos de ese tipo de grano en harinas con las cuales se elaboran las frituras que se consumen cotidianamente en marcas como Barcel, Sabritas y otras compañías.
Recordó que fue la doctora Elena Alvarez Buylla, Premio Nacional de Ciencias en 2018 y actual directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), quien encontró que más del 90% de los alimentos como botanas, pero también de tortilla que se hacen en tortillerías, contienen maíz transgénico, lo cual es una amenaza grave a la salud de las personas.
Mencionó que en el juicio están demandando a las autoridades judiciales que reconozcan que esa contaminación causada por transgénicos es irreversible.
Explicó que dentro de la naturaleza hay procesos que no se pueden controlar en condiciones de cielo abierto, como es la polinización, así que de haber presente alguna cosecha que tenga una "cruza" con ese maíz transgénico caído de un tren, esta semilla contamina y el grano ya no será uno ordinario.
La presencia de la presencia de esa carga genética alterada, causa conflictos pues está patentado por la compañía Monsanto sería dueña de éstos nuevos maíces.
Hernández Garciadiego dijo que el gran riesgo es que una vez que se contamine un organismo, no hay forma de revertir esa situación.
Por lo pronto, están buscando en los tribunales es que ahora se prohíba la entrada de ese maíz transgénico, por los daños que causará su dispersión descontrolada, dictamen que esperan sea igual de favorable como cuando negaron la siembra de ese tipo de granos.
fotografía Enrique Hernández
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